Reflejo del maltrato y la violencia en estupendo alegato, con debate final.…
En una problemática social nada sencilla de contar, la obra deDarío Bonheur aborda la violencia de género con dos actrices que alternan sus roles entre las vecinas, el pianista y su esposa. En llamativa puesta, los espectadores se ubican alrededor del escenario, donde las actrices se desplazan, aunque por momentos también lo hacen en otros ámbitos de la sala. Así, uno se ve obligado a jugar con ellas a modo de observadores de la cotidiana vida del matrimonio del pianista.
Al comienzo, dos mujeres espían, analizan y sacan sus conclusiones al ver el creciente maltrato que el pianista inflige a su esposa. Este hombre culto y de fama reconocida la somete no solo con agresión verbal sino física. De pronto e inesperadamente estas vecinas toman el rol del pianista -con enérgicos parlamentos- y su sumisa mujer. Viven así situaciones especiales en una reunión social u otras familiares con reclamos de una cena que debió haber estado lista, o descontento al enterarse de que el hijo que esperan será mujer y no varón.
Las impecables actuaciones de Stella Matute y Alicia Naya se manifiestan en el paso de un personaje a otro. Una de las escenas de mayor impacto es la de la inmersión de la mujer del pianista en una fuente con agua, mientras se oyen los gritos de él desde otro ángulo de la sala. Dirigida inteligentemente por Fernando Alegre, , con agilidad y dinamismo asume los fragmentos del título, representados en los quiebres, silencios y pausas profundas, marcando así las heridas y golpes en la vida de los personajes observados por una sociedad testigo. Al final de la representación se hace un debate sobre el tema propuesto, con presencia de especialistas en áreas a fines. Sergio Boaglio
Sábados a las 21
Centro Cultural Caras y Caretas
Venezuela 330 – Cap.
(011) 5354-6618
Centro Cultural Caras y Caretas
Venezuela 330 – Cap.
(011) 5354-6618
No hay comentarios:
Publicar un comentario